CONCAVIDADES CONVEXAS: APRENDICES DE SABIOS.
APRENDICES DE SABIOS[1]
A los pies de santo Tomás de Aquino
Se cuenta de santo Tomás de
Aquino que cuando en Completas escuchaba el himno “In media vita” que debió aprender
siendo niño oblato en la escuela benedictina de Montecassino, se echaba
a llorar suspirando por la vida eterna y lamentando cómo nuestro más profundo
deseo de bienaventuranza infinita no puede ser colmado por ninguno de los
bienes de esta tierra. Realmente somos peregrinos que esperamos una patria
mejor[2],
sin embargo en esta vida podemos tener noticia de la dicha para la que hemos
sido creados, este anticipo es la búsqueda sincera de la sabiduría, escuchemos
cómo del lamento del “in media vita”,
podemos escuchar una voz que nos estimula a caminar:
“El estudio de la sabiduría es el
más perfecto, sublime, provechoso y alegra de todos, ciertamente, pues el
hombre en la medida en que se da al estudio de la sabiduría, posee ya de alguna
forma la verdadera bienaventuranza”[3].
Es interesante la explicación que
nos da después:
“Más sublime, pues por él el hombre se asemeja principalmente a
Dios…el estudio de la sabiduría une especialmente a Dios por la amistad…
Más útil, pues la sabiduría es camino para llegar al Reino de la
inmortalidad
Y más alegre “pues no es amarga su conversación, ni dolorosa su
convivencia, sino alegría y gozo”[4]
Sin duda los santos y los genios
tienen el don de saber hacernos atractivos los caminos que anduvieron.
Gracias a Dios en el siglo XIII un joven
fraile dominico llamado Juan tuvo el atrevimiento de preguntarle por escrito al
“Buey mudo”[5]
las claves para llegar al tesoro de la ciencia,
que sin duda es la sabiduría que antes mencionábamos.
No hay que olvidar que estos
consejos están dados a un dominico del siglo XIII y ninguno de los que leamos
estos consejos hoy somos frailes mendicantes medievales. Sin embargo podemos
sonsacar el valor que quiere evidenciar el santo sabio. Demos la palabra al
Doctor Angélico y pongámonos a sus pies para escuchar y aprender:
“Me has preguntado, Juan querido
en Cristo, cómo te conviene estudiar para adquirir el tesoro de la ciencia. He
aquí el consejo que te doy al respecto:
Entra en el océano por los pequeños
arroyos, no de una vez, porque conviene ir de lo más fácil a lo más difícil.
Este es mi consejo e instrucción. Te aconsejo que seas de poco hablar y que
vayas poco al locutorio. Cuida la pureza de conciencia. No ceses en la oración.
Frecuenta tu celda con amor, si quieres ser introducido en la bodega del vino (la
sabiduría). Se amable para con todos. No te preocupes en averiguar lo que otros
hacen. No tengas familiaridad con nadie, porque la excesiva familiaridad
engendra desprecio y distrae del estudio. No te entrometas en los asuntos y
conversaciones de los mundanos. Sobre todo, huye de correr de un lado para
otro. Imita la conducta de los santos y de los hombres de bien. No te fijes en
quien habla, mas todo lo que oigas de
bueno consérvalo en tu memoria. Trata de comprender lo que lees y oyes. No
dejes dudas por resolver. Acumula todo lo que puedas en el armario de tu mente,
como quien desea llenar el vaso. No busques lo que te sobrepasa.
Siguiendo estas huellas,
producirás durante todo tu vida flores y frutos útiles en la viña del Señor de
los ejércitos. Si sigues estos consejos, podrás alcanzar tu deseo. Adiós.”
Comentarios
Publicar un comentario